El cine independiente pasa desde hace varios años por un buen momento. Festivales como los de Tribeca o Sundance han conseguido relanzar este tipo de películas por lo general de bajo presupuesto y desigual calidad.

Mis referencias sobre esta película eran escasas, sabía que se trataba de una producción indie y que había sido muy bien recibida en los festivales arriba mencionados (luego he averiguado también que se alzó con la victoria en el festival de Florida). El caso es que fui a verla el pasado fin de semana ya que me parecía la propuesta más interesante de esta nuestra "querida" cartelera alicantina. Menos mal que contamos con unas salas como las del cine Astoria para poder ver este tipo de películas. Me llevé además la grata sorpresa de que se proyectaba en versión original. Gran acierto por parte de la distribuidora ya que es casi imprescindible verla y escucharla tal cual se rodó.

Es ésta una película de diálogos, con dos casi únicos protagonistas, dos personajes en principio muy diferentes que van convergiendo hacia un punto en común. Wilson (Scoot McNairy) se dispone a pasar la noche vieja solo y sin nada que hacer. Su compañero de piso Jacob (Brian McGuire) le anima a que escriba en la web de una red social de moda para encontrar una chica con quien pasar la noche. Y la chica, Vivian (Sara Simmonds), aparece, le llama y queda con él en una cita a ciegas. Desde ese momento la película gira en torno a los dos. No es para nada una película ñoña o romanticona, aún cuando todo se centra en la relación que va surgiendo entre ambos. El lenguaje duro, sin tapujos, y hasta soez en algunas ocasiones, se hace totalmente necesario dado el carácter de las conversación que se establece entre ambos. Los dos llevan su sinceridad hasta el extremo en todo lo que dicen ya que dan por hecho que a las seis de la tarde se despedirán y no se volverán a ver.