Una vez más, y en Navidad, fechas en las que normalmente se ha mantenido una "tregua" no oficial entre las dos partes, se recrudece el conflicto entre
Israel y los estados Palestinos.
Y digo estados porque tras el enfrentamiento abierto entre
Hamas, el partido del primer ministro palestino
Haniya, y
Al Fatah, liderado por el presidente de la Autoridad Palestina
Abu Mazen, Palestina ha quedado más dividida y separada si cabe desde que en 1967 y tras la
Guerra de los Seis Días,
Israel se anexionara sus territorios.
El conflicto se desarrolla ahora entre
Israel y
Hamas, partido
islamista que ha sido declarado organización terrorista por la Unión Europea y que controla desde el año pasado la franja de Gaza, el territorio costero que junto con
Cisjordania, en el interior, forma, o formaba, el estado Palestino. El detonante de este nuevo enfrentamiento ha sido el lanzamiento de misiles continúo por parte de
Hamas sobre ciudades y pueblos en el sur de
Israel en las proximidades de Gaza desde el pasado 19 de diciembre. El objetivo de
Hamas es conseguir que los asentamientos
judíos que aún persisten dentro de la franja sean desmantelados en su totalidad pero sobre todo forzar al gobierno de Tel-Aviv para que cese el bloqueo de alimentos y combustible que desde el pasado año, cuando Hamas se hizo con el poder, mantiene sobre Gaza.
Para ello, y en contra de la otra corriente imperante,
Al Fatah, que ofrece ahora unas opciones menos extremas, utilizan métodos armados contra
Israel. La respuesta de éste no se ha hecho esperar y desde el sábado pasado ha lanzado una ofensiva sin precedentes desde que en 1967 invadiera el territorio. El resultado: más de 300 muertos hasta el momento, muchos de
ellos víctimas inocentes. Gaza es uno de los territorios con mayor densidad de población en el mundo, y aún cuando las autoridades militares israelíes afirman que los bombardeos están destinados a objetivos selectivos, el hecho de que los edificios atacados se encuentren en el centro de núcleos de población muy masificados está provocando verdaderas masacres.
La solución, como en los últimos sesenta años, se presenta muy complicada, por no decir imposible.
Israel se ve legitimado para atacar a Gaza ya que es agredido con morteros y cohetes a diario, mientras que los palestinos justifican sus acciones por el bloqueo al que se ven sometidos desde hace año y medio y ante el incumplimiento por parte del estado
judío del mandato de levantamiento de sus últimos asentamientos en la franja costera palestina, muchos de los cuales permanecen
alli desde que
Israel tomará el territorio en 1967. El conflicto interno palestino, con
Al Fatah mirando hacia otro lado, y las posturas encontradas entre muchos de los
países árabes de la zona hacen que todo sea mucho más complejo.
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